Luego de la experiencia del Modelo Corrientes viajé a Rosario acompañando a Pamela Morales Jourdan, Camila Miracco, Joaquina Barbero, Luciana Giménez, Sol Corsi, Juliana Aromí Dinucci, Emilia Ascúa, Alejandro Pontel, Patricio Sánchez, Lucas Veglia y Santiago López Pereyra.
El evento no difiere en mucho del que se lleva a cabo en nuestra ciudad, pero si es claramente un vivencia diferente. Además de nuestros alumnos, fueron desde Corrientes unos 30 jóvenes más.
El Modelo no es una competencia, pero se reconoce y valora a quienes tienen una participación destacada. En este sentido debo decir que Corrientes “se llevó todas las menciones”, y fue emocionante ver a los más de 40 chicos de Corrientes abrazarse orgullosos al recibir cada reconocimiento. Como también fue reconfortante buscarnos con las miradas con las profesoras del Colegio San José y del Colegio Pío XI para felicitarnos cada vez que mencionaban a nuestros alumnos.
Podría agregar muchas anécdotas, pero en cambio prefiero compartir el sentir de quienes participaron.
Alejandro Pontel: Fueron experiencias muy enriquecedoras para nosotros, es notable la cantidad de cosas que aprendemos en un fin de semana, estas son muy importantes, ya que nos ayudan a conocer problemáticas mundiales, es decir que nos permite salir de las fronteras de nuestro propio país, y ver más y más. En fin, la pasamos muy bien, nos sumó muchísimo de cultura general y también hicimos muchos amigos de Corrientes y de otros lugares. Fueron muy buenos momentos.
Lucas Veglia: Para varios de nosotros, fueron nuestras primeras experiencias en un modelo de naciones unidas. Y con todo lo que pudimos experimentar, seguro que no fue el último. Aprendimos sobre distintas culturas y conocimos gente con distintas ideas de una forma muy llevadera y en algunos casos, divertida. Pero sin duda alguna, el aprender a debatir, a cooperar y a llegar a acuerdos en común, fueron los principales objetivos de estos modelos. Y podemos decir que se cumplieron y que se superaron no solo nuestras expectativas, sino también la de los organizadores. Sin dudarlo mucho podemos decir que fue una experiencia inolvidable y sobre todo útil para nuestro crecimiento como personas.
Santiago López Pereyra: La participación en el Modelo de Naciones Unidas no sólo reivindicó -a mis ojos- el potencial de la juventud, que tan frecuentemente quiere ser apartada de la política, sino que es la experiencia más enriquecedora a nivel intelectual que la mayoría de los jóvenes tenemos a nuestro alcance. Desde luego, le agradecemos a las autoridades del colegio y a la profesora que nos acompañó por brindarnos la oportunidad, que disfrutamos muchísimo.
María Juliana Aromí Dinucci: El modelo se trata del empoderamiento de pares; los participantes armamos grupos de una cierta cantidad de integrantes, y dependiendo de ésta es el país que te toca, los más importantes son los de más cantidad de integrantes y así sucesivamente.
Mis países fueron Italia, Venezuela y El Salvador, éste es un juego, que se trata de “ponerte la camiseta” de un país, tener el pensamiento y la ideología de este. Durante los tres días que dura el modelo, nos vestimos como diplomáticos, usamos vocabulario formal y especifico, hablamos sobre temas determinados, problemáticas que afectan a la sociedad en los distintos países, y ahí tomamos postura. Cada país, según su ideología, economía, política o religión tiene un argumento