Recordando a ese docente especial…
Septiembre es un mes en el que, quienes abrazamos la docencia como profesión, destinamos algún tiempo para reflexionar sobre nuestra tarea y apreciar cuán encendida sigue en nuestros corazones la llama de la fuerte vocación de intervenir en la formación de niños y jóvenes.
También, es el mes en el que destinamos un tiempo para recordar a nuestros docentes, aquellos que nos iluminaron de alguna manera, nos mostraron algún camino, nos enseñaron mucho más que su propia ciencia. Tarea ésta que nos renueva y entusiasma porque, recordando nuestra experiencia, podemos apreciar mejor la magnitud de nuestra tarea y renovar nuestro compromiso con la educación.
Además, recordando a nuestros educadores, aquellos que nos ayudaron a escribir nuestra historia de estudiantes, sentimos la necesidad agradecerles por lo que hicieron por nosotros.
Considerando cuán importante y profundamente humanizante es ser agradecido, los convocamos a sumar sus experiencias personales, contándonos quiénes fueron esos docentes que dejaron “huellas” en ustedes y de qué manera lo hicieron.
Compartir buenos recuerdos de nuestros docentes nos permitirá apreciar cuáles son esas características que transforman a algunos profesores en únicos y especiales para sus estudiantes y, quizá, podamos ir cultivando algunas de ellas en nuestro trabajo cotidiano.