Tengo que dar cuenta del hecho ocurrido el pasado martes 16 de julio, en la localidad de Rabat, la capital de Marruecos, cuando se dio el robo de la antigua corona del rey Abdul en el Museo Nacional de Historia. La misma estaba formada de una aleación de plata y estaño, pero lo que la hacía especial es que presentaba grandes incrustaciones de malaquita.
El mineral semi-duro (4 en escala de Mohs), cuyo nombre procede de la palabra griega “malache” que significa malva, por alusión a su color, es extraído en minas de ese país, además de otros lugares como Australia y EEUU. Es bastante apreciado por su brillo claro y su color usualmente verde (también existe una variedad azul llamada azurita), presentando una densidad media.
Aunque antes éste abundaba en ese lugar, por razones políticas y económicas, como el cese del apoyo gubernamental a la actividad minera, la producción bajó considerablemente en las últimas décadas. Por este motivo, se dejó de vender el mismo por precios baratos (en la antigüedad incluso se utilizaba como colorante) y esto hizo que se convirtiera en un material icónico de las familias adineradas, ya que se usa exclusivamente para la joyería a nivel comercial. A nivel industrial se lo suele utilizar como mena de cobre.
Las autoridades han decidido activar un control de todas las rutas del país y especialmente en las zonas fronterizas. Le sugiero a usted que haga vigilar toda la zona marítima española del Mediterráneo, además de cerrar las fronteras de las ciudades de Ceuta y Melilla.