En un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad del Padre de la Patria, compartimos las reflexiones de la Directora General del Colegio acerca de los valores de San Martín, que orientan la educación de niños y jóvenes.
El 17 de agosto de 1850 fallece José Francisco de San Martín.
El 17 de agosto, pero de 1990, mediante la resolución 313 de la Dirección General de Enseñanza Privada de la Provincia de Corrientes, el Colegio Yapeyú deja de ser un sueño de dos para convertirse en una realidad: nace como institución educativa.
Nos ilusiona creer que no fue casualidad lograr entidad justo en el aniversario de su paso a la inmortalidad. Por eso, y en el mismo momento que recibimos la noticia, reafirmamos nuestra decisión de hacer de José Francisco de San Martín el mentor de nuestro Colegio, el elegido para guiarnos en la educación de niños y jóvenes.
- Es nuestro mentor cuando nos señala, como deber de americano libre, trasmitir a nuestros hijos la gloria de los que contribuyeron a la restauración de sus derechos. Nos propone actualizar nuestra historia mediante el reconocimiento de la obra de hombres y mujeres que lucharon por la conformación de nuestro país, guiados por la esperanza de que su siembra no haya sido en vano. Y es en este recapitular donde encontramos la osadía de seguir creyendo que es mucho lo que podemos hacer para el desarrollo de nuestro país, si nos lo proponemos.
- Es nuestro mentor cuando nos muestra que no son tantos los emprendimientos imposibles si estamos convencidos de lo que queremos y tenemos el coraje de emprender el camino que nos conduce al logro de nuestros objetivos. Sostiene esta lección con la organización y cruce de la Cordillera de los Andes, empresa prácticamente impensable para sus contemporáneos y, sin embargo, una realidad, producto del proyecto de un hombre con convicciones férreas y enorme compromiso con la libertad de los pueblos.
- Es nuestro mentor cuando nos enseña cómo educó a Merceditas a través de sus máximas, poniendo en primer lugar una que sintetiza su ideología y guía su existencia: humanizar el carácter…Con ella deja planteada cuál es la orientación que debemos seguir para educar a nuestros alumnos. Además de la formación intelectual y académica, debemos focalizar nuestra tarea en el desarrollo humano, a partir de la identificación de la singularidad de cada uno y de la conciencia que solo seremos realmente humanos si compartimos nuestra vida con otros, si nos reconocemos formando parte de una comunidad y nos sentimos comprometidos a orientar nuestra existencia no solo a satisfacer nuestras necesidades sino, también a buscar el bien común.
- Es nuestro mentor cuando nos muestra que la vida no es solo ir tras los sueños y trabajar fervientemente para lograrlos, la vida es también disfrutar de una lectura, apreciar la buena música, tomar unos pinceles para teñir de colores alguna tela, compartir un tiempo con los amigos y tenerlos presente aun en la distancia; la vida es también reconocerse parte de una familia y velar por ella siempre.
San Martín es el mentor que nos orienta en este proyecto que emprendimos hace 25 años, el proyecto de ir trazando caminos para que la educación nos desarrolle humanamente, incorpore en nuestro niños y jóvenes aquellos valores que hagan de sus existencias dignas y trascendentes y los comprometan con su tiempo, abrazando aquellas causas que justifican ampliamente su paso por la vida.
Muchas gracias.
Lucia Avancini