Quiero contarles que hoy es el último día de trabajo con nosotros de Beatriz, nuestra preceptora, porque a partir de mañana, comenzará una nueva etapa de su vida, en la que el trabajo dejará lugar a otras actividades muchas veces postergadas.
Para quienes hemos trabajado durante 18 años con Beatriz, éste es un momento muy especial, difícil de enfrentar porque las despedidas, aunque sean para bien, siempre son tristes. Y también siempre nos remiten a recuerdos significativos que están fuertemente arraigados en la historia de nuestro Colegio y en nuestros corazones.
Y, en su último día de trabajo, queremos darles las gracias por acompañarnos durante 18 años en una tarea que es dura y gratificante a la vez: la tarea de formar siempre y en diferentes circunstancias a todos los alumnos.
También queremos agradecerle por haber podido contar siempre con ella, en diferentes momentos y situaciones.
Por haber puesto el corazón en todo lo que hizo, más allá de los resultados.
Y, fundamentalmente, por haber compartido su vida con nosotros.
Tiene una página especial en la historia de nuestro colegio, privilegio de aquellos que lo creyeron grande cuando todavía era un poco más que sueños y se jugaron enteros por hacerlo como es hoy, orgullo de quienes trabajamos en él.
Mil gracias y le deseamos lo mejor para los nuevos proyectos.