“El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación” Declaración Universal de los Derechos del Niño, principio número 7.
Algunas ideas para jugar en casa:
Un collage
A los niños les encanta coleccionar cosas y atesorar recuerdos. Con todo ello, una cartulina y pegamento podemos ayudarles a confeccionar un bonito mural para colgar en su cuarto.
Inventar un cuento
Es más divertido si los padres jugamos con ellos. Alguien empieza la historia y los demás, por turnos, van añadiendo un par de frases hasta completar el cuento. Lo mejor es que un adulto vaya escribiéndolo. El resultado suele ser un cuento muy divertida.
¿En qué animal estoy pensando?
Un niño elige un animal y, sin decírselo a nadie, lo imita a la vista de todos. El que lo adivine ocupará su lugar. Y así sucesivamente. No vale hablar, solo gesticular y hacer sonidos.
El dibujo ciego
Es necesario que reúnas bolígrafos o lápices, hojas de papel y cintas para tapar los ojos. Para empezar, los participantes deberán estar sentados, con los ojos tapados, y con lápiz y papel en manos. A cada uno de los participantes se les comunica, en voz baja, lo que deben dibujar en el papel. Una vez que termine, el resto que ha estado observando, debe intentar adivinar lo que se ha dibujado.
Un móvil muy original
Se confecciona con objetos de todo tipo que tengamos por casa, siempre que sean pequeños e irrompibles, no pesen mucho, suenen al chocar entre sí y se puedan sujetar con una cuerda. Vale todo: pedacitos de metal, piedritas, palitos, un cd inservible… Se anudan uno detrás de otro, formando una hilera, y luego se cuelgan en la terraza, en un árbol del jardín o en casa.
¡Toca disfrazarse!
A los niños les encanta jugar a ponerse en la piel de otros. Mejor que disfraces ya hechos, les gustará disponer de prendas nuestras (pasadas de moda o viejas), accesorios variados (bolsos, gorros, guantes y hasta zapatos).
Juegos de ingenio
¡A ver quién dice más nombres de niña! (o de niño, o de utensilios de cocina, o de profesiones, o de juguetes…). El juego se puede ir complicando según el ingenio de los participantes. Se pueden pedir palabras curiosas, como por ejemplo cosas que quepan en una caja de zapatos, platos que se puedan comer con las manos, animales que no tienen pelo, o cualquier otro acertijo que se nos ocurra.
Pisar papeles
Un montón de folios/periodicos esparcidos por el suelo de una habitación pueden servirnos para que ejerciten su sentido del equilibrio. Los niños han de atravesar el cuarto saltando de hoja en hoja, sin que los pies toquen el suelo. Podemos ir separando los papeles cada vez más.