La Escarapela Nacional Argentina fue creada en 1812 durante el Primer Triunvirato como distintivo en las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Fue a instancias de Manuel Belgrano, quien solicitó el uso de una escarapela nacional con el objetivo de uniformar al ejército revolucionario y, a su vez, distinguirlo de los enemigos.
Es uno de nuestros símbolos patrios, junto al escudo, el himno y la bandera. Fue el primero de todos ellos. El que marcó, con su celeste y blanco, los colores de nuestra bandera.
Esta semana llevemos con orgullo nuestra escarapela bien prendida en el corazón.