En este día tan especial para todos los argentinos, compartimos con Uds. el discurso escrito y leído por el Prof. José Luís Bravo, recordando como se vivió en un día como hoy, pero 28 años atrás.
Alicia preparaba el desayuno escuchando la radio como todas las mañanas. Patricia se alistaba para ir a la facultad, Rafael se afeitaba, Facundo estaba en Campo de Mayo cumpliendo con el servicio militar. De pronto, la transmisión es interrumpida. La voz del locutor anunció estridente: “A las cinco de la mañana del día dos de abril, han sido recuperadas nuestras Islas Malvinas”.
Vivió la euforia de la noticia, agitó banderas en Plaza de Mayo, lloró escuchando el Himno Nacional, le pareció que una inmensa bandera celeste y blanca cubría la ciudad, el país, el planeta. En las sobremesas ya no hablaban de los agujeros negros, ni de la física cuántica, se explayaban en comentarios sobre la marcha de los acontecimientos.
Los comunicados del estado mayor conjunto, se sucedían en un cariz triunfalista.
Lo vió partir en un camión cargado de muchachos entusiastas que cantaban: “ay, ay, ay, que risa me da, si quieren Las Malvinas que las vengan a buscar”.
Su corazón se fue tras el y desde entonces no la abandonó la angustia.
Con Patricia prepararon tortas, escribieron cartas y tejieron guantes de lana para llevar a un canal de televisión donde recaudaban fondos, correspondencias y alimentos para los combatientes. Escucharon a Rafael, aprendió acerca del TIAR, del misil exocet, del sofisticado detalle de dispositivos que permiten ver de noche, como si fuera mediodía, temas de los que no tenía conocimientos. Su visión era la de una ciudadana común.
Descubrió que no todos pensaban igual sobre la guerra. Un comentario en la oficina “Mejor que vengan los ingleses, si fuéramos una colonia estaríamos mejor”. Le sonó a blasfemia, a sacrilegio, a ofensa.
La cara más horrible de la guerra se dibujo en los argentinos cuando las noticias decían que fue derribado el crucero ARA Gral. Belgrano. Sintió estupor, indignación, impotencia y rabia.
Cuando el Papa Juan Pablo II después de besar el suelo argentino, bregó por la pacificación y el entendimiento, oró fervorosamente por la paz.
Cuando los ingleses desembarcaron en San Carlos, no lo podía creer. Los comunicados ya no eran tan optimistas, el flujo de información no tenía la misma dinámica. Pensaba en su hijo, pero no sabía que el mismo sobrevivía gracias a estar escondido en un pozo de zorro aterido de frío y todo húmedo.
EL 11 de junio se inauguró en Barcelona el mundial de fútbol. En todas partes resonaban gritos de gol. El lejano conflicto de Malvinas pasó a segundo término.
Supo que aviones ingleses atacaban Puerto Argentino y poco a poco fue tomando conciencia de la derrota. Estalló en llanto callado, claudicante.
El 14 de junio se determinó la rendición del ejército argentino. Comenzó el lastimoso regreso a casa.
Alicia lo buscó desesperadamente, cada soldado que aparecía era un dardo clavado en su pecho, hasta que lo vio y entonces las lágrimas empañaron sus ojos, lo abrazó sin palabras y notó su mirada marcada de espanto. Su muchacho no sería el mismo que había partido cantando. Abrazos y alegría configuraban el milagro del encuentro pero ahí estaba también el desgarro y el suplicio de aquella mujer que enloquecida corriendo de un lado a otro gritaba Marcelo, Marcelo, Marcelo, quien no aparecía y quizás nunca volvería a verlo jamás.
El dos de abril de 1982, las fuerzas armadas argentinas recuperaron provisoriamente las Islas Malvinas. El gobierno dictatorial de ese entonces, nos llevó a una guerra contra un ejército profesional con un gran poderío, que encima estaba apoyado por la mayor potencia del planeta EEUU.
Esta locura a que nos llevaron los ex dictadores, no ensombrece el heroico comportamiento de la oficialidad del ejército argentino y nuestros soldados, que dieron su vida defendiendo a nuestros legítimos derechos sobre las Islas Malvinas.
Debido a este suceso hoy dos de abril se conmemora a los soldados caídos en batalla y a la recuperación de la soberanía sobre las Islas Malvinas, sector antártico e Islas del atlántico sur.
En homenaje a este día, entonces la marcha a Las Malvinas.