A mis compañeros y maestros:
Llegó el momento que tanto esperamos, el momento por el que tanto nos esforzamos; terminamos la primaria.
Son tantas emociones juntas que no se bien como expresarlas, la risa me invade, la alegría es grandiosa, pero se mezcla con lágrimas que salen sin querer. Siento una gran alegría porque cumplí mis objetivos, pero también siento tristeza porque muchos recuerdos llegan a mi memoria como en una película, recuerdos de momentos que ya no volverán.
Todo empezó en la salita de cuatro con la seño Noele, que tanto amor nos brindó.
Recuerdo también a mi seño de primer grado, Martita con sus rimas locas; chumba que te chumba, chumba ya; cuando el reloj toca la una, los alumnos hacen una suma.
Y luego los profesores de segundo, tercero y cuarto que nos brindaron todo para que pudiéramos aprender. Así empecé a amar la lectura, gracias a la maratón de lectura que representó un gran estímulo para mí. Y quinto y sexto en los que adoré las matemáticas y las ciencias que hoy son mi pasión.
También están los profesores de música, plástica, computación y educación física.
Porque todos, absolutamente todos, contribuyeron a nuestra educación y formación. Sabemos que la educación tiene límites, pero la formación es infinita. Así, hoy terminamos la educación primaria, pero la formación la tendremos por el resto de nuestras vidas. Y ahí es donde entran en juego mis compañeros, amigos, hermanos del corazón, porque crecimos juntos, nos peleamos y amigamos, como en una gran familia en la que nuestros profesores fueron como segundos padres, padres del corazón.
Me siento orgullosa de pertenecer al Colegio Yapeyú, que es y será nuestro segundo hogar, y me siento orgullosa de tenerlos a todos como familia, por eso quiero decirles simplemente que los quiero infinitamente y que los tengo en mi corazón por estar y formar parte de mi vida.
Muchas gracias
Rocio Achitte Pino Cuadros
Alumna de sexto grado “A”