El orden y las rutinas son muy importantes para que los niños desarrollen la capacidad de planificar, esperar y organizarse. En este momento donde es clave quedarse en los hogares, les compartimos algunos planes que podrán proponer a los más pequeños. Éstos se complementan con las actividades consignadas en nuestro Campus Virtual.
Búsqueda del tesoro:
Un clásico. Lo ideal es esconder un objeto adentro de la casa y, junto con los pequeños, desarrollar un sistema de búsqueda que puede ser mediante diferentes acertijos o con cartas “encriptadas” o algún otro mapa o plano que piensen los propios niños y hacer la búsqueda bajo esa guía.
Descubre el personaje:
Los jugadores escriben, en varios papeles, personajes tanto del mundo real como de la ficción. Luego todos colocan los papeles dentro de un gorro o recipiente. En su turno correspondiente, cada jugador deberá sacar un papel con el nombre de un personaje escrito y, sin mirarlo, deberá adivinar quién es haciendo preguntas al resto de los jugadores que solo podrán contestar por sí o por no. El jugador que más personajes adivine al final de la ronda es el ganador.
El árbol genealógico:
Para los más pequeños puede ser interesante conocer de dónde vienen y cómo está compuesta la parte más lejana de la familia. Armándose de útiles escolares y fotos, los padres pueden guiar a sus hijos en la reconstrucción del árbol genealógico. Incluso, la actividad puede disparar un diálogo dentro de la familia y motivar a los niños a llamar a sus abuelos o tíos para preguntarles más acerca del pasado.
¿Qué cambió?:
Los niños salen de la habitación y los padres deben cambiar algo de posición. Cuando el niño vuelva a entrar deberá decir qué fue lo modificado.
Lectura de cuentos por Instagram:
Hasta el 31, el escritor uruguayo Iván Kirichenko leerá en vivo a través de su cuenta de Instagram un cuento infantil de su propia autoría. La cita es a las 21 en @rusokirichenko y las historias saldrán de su último libro, Polo y Analía viajan por el mundo.
Germinador:
Es un experimento infalible. Sobre un algodón húmedo hay que colocar las semillas de alguna legumbre (como por ejemplo lentejas o porotos) y mantenerlas siempre húmedas. El niño puede seguir una especie de diario o bitácora en la que registrar los avances que observa sobre su pequeño germinador.