En diversos sitios de internet podemos encontrar la explicación que nos permite comprender el cambio en el motivo de la conmemoración del 12 de octubre. Desde el año 1917, por Decreto del Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, se recordó esta fecha bajo el nombre “Día de la Raza”. Pero en el 2010 la Presidente Cristina Fernández de Kirchner emite el Decreto N° 1584/10 cambiando el motivo de la conmemoración: será a partir de ese año el día de la diversidad cultural americana.
Con esta decisión política se pretendió una reparación histórica para nuestros pueblos originarios, modificando no sólo su denominación, sino también su valor simbólico. Ya nuestra Constitución establece el derecho a la igualdad, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
El Plan Nacional Contra la Discriminación estableció que el 12 de octubre sea un “día de reflexión histórica y diálogo intercultural”. Esto implica dejar atrás la conmemoración de “la conquista” de América y el proceso que sólo valoró la cultura europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes han aportado y aportan a la construcción de nuestra identidad.
Tal como nos explican el cambio, no hay más que estar de acuerdo, pero en la realidad, ¿Qué sucede en nuestro país, en nuestra región con los pueblos originarios o afrodescendientes? ¿Qué sabemos de ellos? ¿Tenemos ideas de cuáles siguen siendo sus reclamos y sus necesidades?
¿Pudimos, efectivamente, superar el discurso y la reflexión y asumir una verdadera reivindicación de los derechos de estos pueblos?
¿Qué sabemos de las comunidades indígenas de Formosa, Chaco, Misiones? ¿Cuánto de lo que pudimos ver por televisión es el reflejo de su realidad? ¿Será posible que aún en estos tiempos haya personas que se aprovechan del estado de vulnerabilidad en el que pareciera que se encuentran?
Entiendo que a nosotros nos corresponde la tarea de promover la reflexión en cada uno de los alumnos, estimular el interés por la verdad y eliminar cualquier actitud de discriminación, pero a nuestros gobernantes actuales y futuros les corresponde hacerse cargo de esta situación, superar la mera reflexión y poner manos a la obra para que, de una vez por todas, los pueblos originarios recuperen lo que les fuera quitado hace varios siglos atrás.
Como propuesta para la reflexión, adjuntamos un PPT de un informe del SITEAL sobre la Educación de los pueblos indígenas y afrodescendientes de América Latina.