Un día como hoy, en 1976, el golpe de Estado encabezado por Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Agosti tomó el poder por la fuerza en el marco de lo que autoproclamaron como “Proceso de Reorganización Nacional”. Este hecho marcó un antes y un después en la vida política, económica y cultural de nuestro país.
Aquel régimen militar impulsó las bases de un nuevo modelo económico: el neoliberalismo. Con la idea de que el Estado debía intervenir lo menos posible en el mercado, se fue configurando un país regresivo en lo económico y socialmente injusto. Asimismo, se buscó destruir toda forma de organización popular, silenciando voces, con el argumento de que había que instaurar el “orden”. Miles de estudiantes, militantes, sindicalistas, docentes, intelectuales y trabajadores resultaron perseguidos y torturados, y en total, más de 30.000 personas fueron desaparecidas.
Luego de su caída en la Guerra de las Malvinas, el candidato radical Raúl Alfonsín ganó las elecciones de 1983, y durante su mandato se condenaron algunos de los integrantes de las juntas militares, mientras otros fueron dejados en libertad. Además, se dictaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, dando fin a los juicios por crímenes de lesa humanidad.
En 1989 y 1990 el presidente Carlos Menem dictó una serie de indultos que beneficiaron a los funcionarios del Proceso y a los jefes guerrilleros que continuaban judicialmente comprometidos.
En 2003, tras iniciativas del Presidente Néstor Kirchner, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida fueron derogadas por el Congreso de la República Argentina y los juicios se reabrieron, en tanto que la justicia comenzó a declarar inconstitucionales los indultos por crímenes de lesa humanidad que habían cometido los militares durante la última dictadura. En 2006 se reabrieron 959 causas penales, que siguen en marcha. En ese mismo año, se estableció el 24 de marzo como el Día Nacional de la Memoria y la Justicia y como feriado nacional a través de la Ley 26.085.