El símbolo patrio celebra sus 207 años de vida. Fue instituido por el Consejo Nacional de Educación de 1935. Belgrano, en 1812, solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional.
Belgrano, pronto a marchar al Alto Perú, creía necesario uniformar el uso de un símbolo que distinguiera a la fuerza propia del enemigo.
Aunque no puede establecerse con precisión cuál fue el origen y las razones por las que se eligieron los colores que simbolizan la Patria, algunas versiones indican que el blanco y el celeste fueron adoptados por primera vez durante las invasiones inglesas (1806-1807) por los Patricios, el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los nativos.
Se dice también que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio de Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810.
Pedido de Belgrano. El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano -mediante una nota- solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional, según consta en el sitio web del Ministerio de Educación.
El 18 de febrero de ese mismo año se resolvió por parte del Gobierno reconocer la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste.
El 27 de febrero, Belgrano decidió mandar a hacer la bandera celeste y blanca, acorde a los colores de la Escarapela Nacional: “Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional…”.
El 18 de mayo de 1935 fue instituido el “Día de la Escarapela” por el Consejo Nacional de Educación.
“Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste”, dice el decreto nacional, constituido por el Triunvirato.